Desinformadores usan la política para manipular a los hondureños

El equipo de verificación de EL HERALDO expone a la 10 principales cuentas desinformadoras en redes sociales, detalla cómo operan y qué se necesita para erradicar esta problemática en un país sin herramientas para hacerlo
Peligro
10.05.2024

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La difusión de desinformación a través de las redes sociales representa un desafío creciente en el entorno digital del país. Hay perfiles concentrados únicamente en socavar la verdad, con el único propósito de distorsionar, manipular los procesos democráticos y persuadir a la población con mentiras.

El equipo de verificación de EL HERALDO detectó 10 cuentas que son las que más desinformación difunden en Honduras: 7 son de TikTok, la red más contaminada en el país, y el resto están en X (anteriormente Twitter).

Aunque con diferentes nombres y en distintas redes sociales, estos propagadores de desinformación tienen un común denominador para manipular a los hondureños: la política, que les ha permitido generar división en la población y alterar algunas decisiones del gobierno para confundir o, en el peor de los escenarios, difundir falsas acciones.

Y lo más alarmante: casi 9 millones de personas han interactuado en las publicaciones de las 10 cuentas difusoras de desinformación en las redes sociales en Honduras (en TikTok y X), según el equipo de debunking de EL HERALDO.

Estos desinformadores suelen crear y compartir contenido que apela a las emociones, que provoca reacciones inmediatas y genera controversia. A menudo se valen de titulares llamativos, imágenes impactantes y declaraciones exageradas para captar la atención de los usuarios y lograr una mayor viralización de sus publicaciones.

Y claro, el campo más efectivo son las principales redes sociales: Facebook, X/Twitter, Instagram, TikTok y hasta las plataformas de mensajería, como WhatsApp y Telegram, que les permite alcanzar a una audiencia más amplia.

$!Combinación de capturas de pantalla de los perfiles en TikTok y X de cuentas identificadas por EL HERALDO Plus Factual que propagan desinformación usando la política.

Los propagadores de la desinformación en Honduras se aprovechan de la falta de verificación de la información antes de compartirla. Al difundir mentiras o engaños, buscan influir en la opinión pública, crear confusión y alimentar la polarización en la sociedad.

Por ejemplo, está circulando que el expresidente Juan Orlando Hernández ya fue sentenciado a tres cadenas perpetuas más 30 años de cárcel en Estados Unidos. Pero, al 10 de abril, la sentencia no ha sido leída. Es más, el juez que lleva el caso la fijó para el próximo 26 de junio.

Y trabajan coordinadamente, formando redes o grupos que se apoyan mutuamente para difundir desinformación de manera más efectiva. A través de la colaboración entre diferentes desinformadores, logran amplificar su mensaje y llegar a un público más diverso.

Aunque esta problemática no genere disputas, la interrogante es cómo estar preparados para identificarlos de forma transparente, sin aprovechamiento y sin alterar la información.

Lamentablemente no existe una herramienta que separe lo cierto de lo falso. A diferencia de un bulo, no es un objeto palpable como una puerta o ventana, que podemos identificar con algoritmos, pero sí tienen un comportamiento característico. Y esa es la oportunidad.

La oportunidad es que estos propagadores de la desinformación tienen comportamientos singulares. En el mundo de las redes sociales a esto se le llama “inauténticos”, lo que permite a los analistas digitales detectar, desmentir y denunciar para combatir la desinformación.

El tema toral es que hay algunas orientaciones de los inauténticos. Por ejemplo, los que imitan a los medios de comunicación solamente para manipular a la sociedad sin ni quisiera tener un equipo periodístico. O peor aún: sin hacer reportajes (como las suplantaciones a EL HERALDO).

Y, por el otro, están los que buscan la ignorancia, la división, la manipulación a través de la sátira, lo humorístico. De las dos inclinaciones se encuentran en Honduras, encontró el equipo de verificación de EL HERALDO.

Honduras, el edén de la desinformación

La carencia de un marco jurídico sólido para regular la desinformación en las redes sociales en Honduras presenta diversos desafíos, como la dificultad para responsabilizar a aquellos que deliberadamente falsean la verdad con el propósito de engañar al público y lucrarse.

Sin leyes o normativas que regulen y establezcan límites y consecuencias para los propagadores, la desinformación, con consecuencia en vidas humanas, se torna legal en Honduras.

Y pese a que las redes sociales tienen normas que regulan la difusión de contenido falso o a los perfiles que desinforman, en Honduras continúan operando impunemente, un problema que atenta contra la vida de los hondureños que cada vez consumen más los contenidos de estas plataformas.

Estas reglas buscan proteger a los usuarios de la desinformación, sin importar su nivel de peligrosidad. Por ejemplo, TikTok prohíbe la desinformación médica y teorías conspiratorias peligrosas, mientras que Meta (Facebook, Instagram y Threads) se enfoca en eliminar contenido que pueda ser peligroso para la seguridad pública.

Es más, compañías como TikTok, Meta y hasta Google, entre otras, invierten millonarias cantidades de dinero anualmente para combatir la desinformación en varias partes del mundo con la finalidad de hacer que las redes sociales sean campos confiables para sus usuarios.

“Las plataformas de redes sociales tienen la responsabilidad de abordar la desinformación de manera proactiva y transparente, y trabajar en colaboración con expertos externos para hacerlo”, según Alex Stamos, profesor en la Universidad de Stanford y exjefe de seguridad de Facebook.

Sin embargo, a pesar de estas medidas, la desinformación sigue siendo un problema en las redes sociales porque hay lagunas que lo permiten o porque se hace casi imposible su detección.

Detectar para fortalecer

En Honduras, como en el resto del mundo, existen fábricas o granjas dedicadas a producir sistemáticamente desinformación fortalecida por sus troll que funcionan muy bien por el espiral del silencio, es decir, el usuario decide no comentar o denunciar por miedo a que su opinión sea rechazada a través de descalificativos.

$!Muchos propagadores se valen de granjas de trolls para masificar su mensaje falso.

En otro punto, la desinformación es como el cáncer: se necesitan condiciones (herramientas) para predecirlo, prevenirlo y erradicarlo. Pero en Honduras no hay ambiente para eso, advierten fuentes del equipo de verificación de EL HERALDO.

Debido a eso, el trabajo de los verificadores es irremplazable porque, más allá de que ayudan a entender la desinformación y sus consecuencias, aportan el conocimiento para analizar el estado emocional de la población.

Esto se vuelve crucial porque en un país donde la confianza pública en las instituciones es frágil, la proliferación de noticias falsas puede socavar aún más la credibilidad de las autoridades y generar desconfianza en la información oficial.

Además, en una sociedad donde la polarización política es común, la desinformación puede ser utilizada como una herramienta para manipular la opinión pública, fomentar la división y debilitar la cohesión social.

En términos de salud pública, la desinformación puede ser especialmente peligrosa, como quedó demostrado durante la pandemia del coronavirus, o con la alza actual de casos de dengue a nivel nacional.

También, atiza los problemas sociales existentes, como la discriminación, la violencia y la exclusión de ciertos grupos.

Ante eso, detectar y desmentir la desinformación, en un proceso que abarque a la población, es vital, dicen analistas. Para eso se necesita que la democracia tenga un sistema mediático limpio, así como la colaboración entre el gobierno, los partidos políticos, medios de comunicación, empresas de marketing, entre otros sectores.

También es de suma importancia la alfabetización digital o mediática para que, en primera instancia, la población tenga claridad en los conceptos y, posteriormente, saber qué hacer cuando se enfrente con contenidos sospechosos que solo buscan dañar y manipular la toma de decisiones.

Como ocurre en otras partes

A diferencia de Honduras, en donde no hay regulación ni claridad en las implicaciones ni consecuencias, la Unión Europea (UE) ha implementado la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés), destinada a preservar la democracia y regular las plataformas en internet.

La DSA procura que las grandes redes sociales cumplan con requisitos de transparencia y tomen medidas concretas para abordar la difusión de desinformación.

“Esto implica la necesidad de un enfoque equilibrado que preserve la libertad de expresión mientras se combate la propagación deliberada de noticias falsas y la manipulación de la información”, dijo Marietje Schaake, exmiembro del Parlamento Europeo.

En medio de las artimañas políticas, la falta de acciones estatales y el avance de la inteligencia artificial, en la víspera de los comicios hondureños, por ejemplo, el único faro que ilumina la oscuridad de la desinformación son los medios de comunicación y periodistas.

Debido a eso, los analistas señalan que uno de los principales desafíos para los medios de comunicación y los periodistas es combatir la desinformación y sus consecuencias, lo que exige una cobertura neutral, precisa y transparente, pues está en juego la democracia del país.

Se debe de “generar en nuestras redacciones protocolos mínimos que permitan al periodista saber si una información es cierta o si no es cierta y cómo actuar frente a esos protocolos”, planteó Thelma Mejía, una de las fundadoras del Foro Ciudadano y del Comité por la Libertad de Expresión (C-Libre).

“Debemos tener los medios, un equipo de verificación de hechos, como ya lo tiene EL HERALDO”, agregó.

Y mientras en Honduras, lo único claro es enfrentar la desinformación con más esfuerzos que recursos, la Unión Europea (EU) está aplicando tres medidas para su mitigación: multas contra las grandes plataformas que no actúen contra la desinformación, regulación el uso de la inteligencia artificial y análisis las técnicas y tácticas de los manipuladores.

Nuestras calificaciones

Verdadero

Las pruebas apuntan, con contundencia y rigurosidad, a que lo afirmado es cierto.

Falso

Las evidencias no dejan margen a que lo afirmado es falso.

Ni sí, ni no

La expresión contiene algunos elementos verdaderos, pero en un contexto engañoso.

No verificado

No hay información pública o disponible que confirme o desmienta la expresión declarada.

¡Plop!

Además de ser falsa, la declaración cae en exageración.

Stephany Pineda

Stephany Pineda


Periodista

Una heraldista divulgando en EL HERALDO. Es parte del equipo de Fact-checking. Bucea en las fuentes oficiales y alternativas para tratar y visualizar datos. Su trabajo: hacer fácil lo difícil. Es licenciada en Periodismo por la UNAH.

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